miércoles, 5 de enero de 2011

Todos los cuerpos pueden verse bien



El arte del ilusionismo


“Todo por aquí, nada por allá”, dicen los ilusionistas, y lo que hacen es
desviar la atención de aquello que no quieren que se vea y llevarla hacia otro lado mostrando algo digno de mirar. Desviar la atención no significa tapar ni ocultar. Cuando se busca ocultar se consigue exactamente lo contrario; lo que se oculta siempre aparece. Si una mujer con caderas muy anchas y piernas corpulentas se pone una falda fruncida o usa ropa tipo cortina, conseguirá llamar la atención sobre esa parte del cuerpo: lo adecuado es usar prendas que estilizan sobre esas zonas y desviar la atención hacia otro lado, un lindo escote, por ejemplo, que enmarque bien el rostro. Lo que no nos gusta tiene que estar presente pero sin llamar la atención. Se trata de mostrar lo bello y disimular o encontrarle un aspecto interesante a lo que no nos gusta.
Desviar la atención supone neutralizar: esto puede logarse usando colores neutros, géneros que no tengan mucho brillo ni grandes estampas ni bordados, y prendas holgadas, que no ajusten pero que tampoco tengan mucha tela.
Las zonas corpulentas o gruesas pueden balancearse resaltando las piernas, los hombros, el escote (no todo junto, por supuesto). Pero, atención, una cosa es lucir un lindo escote que deje ver algo de piel y enmarque el rostro, y otra muy distinta usar prendas que tomen al busto como punto de atención, un recurso poco elegante que conviene evitar. De lo que se trata es de buscar y acentuar los puntos fuertes y los encantos personales. Todo el cuerpo es potencial para este trabajo: cabello, mirada, rostro, manos, brazos, hombros, espalda, cadera, abdomen, piernas, rodillas, tobillos, pies.


La silueta y la forma integral del cuerpo

La palabra “silueta” nos hace pensar en la forma del cuerpo real. Pero si hay una silueta del cuerpo real, también hay una silueta del cuerpo vestido. La silueta del cuerpo vestido está determinada por la ropa que usamos, no por el cuerpo real que llevamos debajo. El vestido, por supuesto, no puede modificar las características de la silueta real, pero sí puede replantearla, modificando las proporciones al desviar los puntos de atención, siempre considerando el cuerpo como un todo.

Texto perteneciente al libro "Secretos del Vestidor" por Carolina Aubele, Editorial Aguilar 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario